La bailarina Mora Godoy acusó públicamente a la periodista Mariana Brey, hace algunos días, de haber brindado información falsa sobre ella y esta tarde volvió a apuntar en su contra, sostuvo que le “hizo un daño inmenso” y reveló que Diego Romay -que fue su marido en la década del 2000- le propició un “engaño” millonario.
Brey había señalado, hace cuatro años, que Godoy habría estafado a bailarines. Por su parte, la artista insiste en que el reclamo es dirigido hacia el Teatro Metro Sociedad Anónima, por los espectáculos brindados a Tango Porteño.
Según explicó la misma bailarina, “el juicio se inició en 2020 y continúa hasta ahora, por lo que lleva cinco años”. Al tiempo, apuntó directamente contra Brey: “Es por daños y perjuicios porque me hizo un daño inmenso. Yo no soy empleadora y no empleé a nadie. Yo también bailaba. Cuando llegó la pandemia, dejaron de pagar”.
Entonces, Godoy puso en tela de juicio que la panelista no esté relacionada con la entidad acusada: “Todo este armado coincide con que empezamos el reclamo hacia ellos con cartas documento”. De la misma manera se mostró “del lado de los bailarines” y explicó que “a muchos les pagaron”.
Por tanto, ratificó que el mismo teatro había recibido un subsidio que fue “facturado al Ministerio de Turismo”, según su relato. Así, volvió a apuntar contra la ex “Angelita”: “Ella dijo que la llamaron, dio a entender que fue de TM y que le mostraron cosas”.
“Tal vez no sabe leer porque los contratos están firmados con la entidad -no con ella-. El contrato que puso LAM atrás, es un contrato de mentira, el real está en la justicia. En LAM se burlaron de mí que tengo una carrera intachable”, continuó.
Por su parte, Brey respondió: “Es un juicio que se inició hace cinco años a Mandarina por LAM y a mí. -A Mora- Hace un raid televisivo hablando del tema porque necesita recuperar vigencia. Habla de un juicio que no condice con la realidad. Tiene que estar tranquila y que espere la sentencia. Los temas judiciales se dirimen en el ámbito judicial”.
Pero Godoy no se quedó atrás: “Se lo escribió muy bien su abogado. Ni me llega. No me engancho. Pereyra fue mi abogado durante muchos años y por razones laborales mías, no siguió. Estuve en desacuerdo en algunas cosas relacionadas con Diego Romay”.
Asimismo, explicó el difícil motivo de su separación del productor teatral en 2006: “Me desenamoré de Diego Romay cuando puso Tanguera, mi obra, a nombre de su mamá, en una sociedad uruguaya. Me hizo firmar a perpetuidad que cedía los derechos de mi obra. Lo firmé porque era mi marido, no tenía abogado y tampoco tenía la menor idea de lo que firmaba”.
“Era una pelotuda que confiaba plenamente y no entendía nada. Nunca imaginé la perpetuidad. Es una obra que recaudó millones de dólares. A partir de ahí empezó nuestra pelea interna. Fue un dolor inmenso. La idea fue mía y le llevé el formato. Me echó de una patada y no pude volver a entrar”, concluyó.